02 agosto 2006

De la Teoría de Manolito

Esta historia comienza con un libro, Manolito Gafotas, de Elvira Lindo (genuflexión ante ella), y es lo que le pasaba al Imbecil, que es el hermano menor del protagonista. Manolito siempre se quejaba de que su hermano quería todo lo el tenia. Si Manolito se compraba un helado de fresa, el Imbecil quería otro igual. Si Manolito tenía un jugete, el Imbecil también le quería. Si Manolito se partia un brazo y llevaba escayola, pues el Imbecil también quería su escayola.

El comportamiento que he explicado arriba es el culoveo-culoquiero en su estado más puro. Sin embargo, de un tiempo a esta parte he incorporado algunos elementos a esta idea hasta convertirla en una teoría general, que va más alla de la idea original y proporciona una base a muchos fenómenos habituales y de los que he sido requerido una explicación.
El comportamiento posesivo es, a veces, porque la gente se deja guiar por el simple hecho de que lo quiero para que no lo tengas tu, que es el culoveo, y otras veces, porque siempre lo ha querido y el que se aleje sirve para darse cuenta su importancia.

Aunque parezcan cosas muy bobas e infantiles, la gente se comporta a veces de esta forma. Hay quien se queda atascado en esta idea y siempre actúa así, hay quien solo a veces, y hay quién se liberado de este problema, aunque ni es fácil ni es garantía de nada. Asi que cuidado al aplicar estas teorías, porque de hipótesis falsas no se pueden inferir resultados verdaderos.

Aquí va el pago de dicha explicación:

Cuando empecé a pensar como iba sacar las ideas de mi cabeza para escribirlas aquí, me di cuenta que enfocaba el mismo asunto de dos maneras distintas, y no sabia cual elegir. Después de algunas vueltas, me di cuenta que se pueden considerar dos enfoques de la misma cosa, y que cada cual es válido en unas circunstancias dadas (de la misma manera que la dualidad onda-corpúsculo de la luz explica todas sus características).


1º parte: Siempre se desea lo que no se puede tener.

Todo el mundo desea cosas. Dejando a parte las necesidades vitales básicas, cada cual desea unas cosas distintas y propias: un nuevo reproductor de MP3, atuendos, tener una relación estable con alguien... A veces el número de objetivos es amplio y es necesario establecer unas prioridades para conseguirlos y separar los más importantes de los que son caprichos. La satisfacción que proporciona cada uno viene dada además del propio objeto, por la dificultad y el viaje que hay que sufrir para conseguirlo. Por lo tanto el mismo objeto puede proporciona distintas "cantidades" de felicidad al que lo consigue, según las circunstancias.

Y con esto pondré un ejemplo universal. Has estado mucho tiempo tirando tejas y tejados a alguna chica, pero por circunstancias de la vida, conoces a otra y empiezas una relación (lo que seria salir, vamos) con ella. De repente, la otra tía, que ha pasado de ti se acerca y ves como ahora es ella la que quiere algo ahora. Tú eres el mismo, no has cambiado, pero el que pases de
ofrecerte a ser inalcanzable, te convierte en irresistible para sus ojos.


2º parte: No se sabe valorar las posesiones propias.

Este enunciado es el complementario del anterior y en parte, es su explicación. En general, se tiende a degradar las cosas más cercanas, impulsados por la creencia de que siempre estarán ahí y no fallarán. En el momento del fallo es cuando realmente se ve toda su importancia. Por eso, a las cosas cercanas hay que mantenerlas (en el sentido de programas de mantenimiento, como al motor del coche), para que no fallen y para darse cuenta de su valor. El saber que tienes unas apoyos bien cuidados es una base para alcanzar la felicidad.



Para aquellos que no entiendan nada de este ladrillo (o se hayan aburrido a la mitad), hago un resumen de lo importante:
La gente no siempre sabe lo quiere.
A veces se complica la vida buscando cosas inalcanzables o que estan debajo de sus narices.
Parte de la felicidad esta en el camino.
Parte de la felicidad esta en el mantenimiento.


Este ladrillo es una de las bases más importantes de mi cosmovisión, y probablemente sea el post de este verano. Ahora dejaré que mi cabeza descanse un poco.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola JC!!!

¿Conoces La Nave de los Necios del alemán Sebastian Brant? Porque tu blog me recuerda mucho a ese libro precioso lleno de grabados de Durero. Sólo que tus reflexiones son más complicadas y atractivas, al menos a mis ojos.

BESOS.

jue ago 03, 07:07:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola JC

Sólo quería felicitarte por tu blog, ya que se está convirtiendo en una de las páginas no porno más visitadas de Valladolid(jajajajaja) Tus aportaciones son más esperadas en la red que un nuevo episodio de calico electronico (o alguna de sus secuelas) o la pareja de coreanas que cantan en una habitación muy pequeña.
Sólo quería añadir a tu humilde blog unas pequeñas ideas que me han surgido tras leer tus conclusiones de la vida.
En principio me gusta como has expuesto tu idea (con una comparación infantil pero clara)
Es decir, nos gusta lo que no tenemos y no satura lo que sí lo tenemos. Nuestra sociedad consumista da por hecho que "lo nuevo" es siempre lo mejor. El típico ejemplo es el móvil, las compañías de telefonía apenas invierten para mejorar la calidad de las conversaciones o ampliar la cobertura a lugares más inaccesibles, pero sí lo hacen en darle valores añadidos al móvil que les reporten más beneficios (cuánto cuesta un minuto en una video llamada? y siguen sin bajar el precio del minuto de telefonia normal o el del muy utilizado sms). Esto no es una apología contra la videollamada. Es muy sencillo, en las montañas, es más útil el móvil porque no tenemos fijo, pero el móvil comenzó como un hecho urbano, no rural. La videollamada es muy útil para las personas que su única forma de comunicarse sea la lengua de signos, pero no enfocan este servicio a este sector de la sociedad, sino a un consumismo feroz.

Tampoco es plan de dar aquí un discurso sobre pautas de consumo, utilidad y consumismo. Pero si está claro que según la teoría de un sociólogo llamado Rizter (El Encanto de un Mundo Desencantado) nuestra sociedad se ha racionalizado, por lo que la vida ha perdido encanto. Por eso, nuestra única salida hacia el encanto, es lo que no tenemos (el consumo), arrastrandonos a una espiral neurótica, siempre queremos más de lo que no tenemos.

Los centros comerciales se convierten en unos "espacios mágicos" en el que ilusionamos nuestro desencanto con el consumo.

La conclusión es muy sencilla, existe un viejo proverbio de un país (no recuerdo) muy lejano que reza:
" No es más feliz el que más tiene, si no el que menos necesita "

Así que simplificad y viviréis más.

Aupa McLaren

vie ago 04, 12:04:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿¿Seguro que no porno?? Pero si yo veo sexo por todas las partes del blog ;)!!!

Bueno, gracias por escibir a todos, y yo a seguir pensado ideas y expresarlas de la mejor forma posible

p.s: Mclaren 4 ever!

lun ago 07, 10:52:00 p. m.  

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